Guarda tu casco en un lugar fresco y seco que esté alejado de la luz solar. Evita las altas temperaturas, tales como dentro del auto en un día soleado. El calor excesivo puede dañar el forro o la carcasa o hacer que se despeguen.
También evita los químicos. El casco puede dañarse y dejar de servir con el petróleo y productos a base de petróleo, agentes de limpieza, pinturas, adhesivos y otros productos similares sin que el daño sea evidente para el usuario; ¡esto incluye repelentes de insectos que contienen DEET!