Antes de comenzar, te advertimos que limpiar tu cadena es un trabajo sucio. ¡Así que quítate tu traje y corbata, ponte unos guantes y a trabajar!
1. Desengrasa tu cadena. Si tienes una herramienta para limpiar la cadena, llénala con tu desengrasante para bicis y pon la herramienta alrededor de tu cadena de acuerdo con las instrucciones. Después, usa tu mano libre para pedalear hacia atrás. Los cepillos de tu limpiador de cadenas limpiarán todos los rincones mientras recolectan el desengrasante en su reserva.
2. Si no tienes una herramienta especial, usa un cepillo para desengrasar tu cadena. Un cepillo de dientes o uno para las uñas te servirán. Simplemente agrega algo de desengrasante al cepillo, sostenlo contra la parte superior de tu cadena y pedalea hacia atrás. Repite este paso con la parte del fondo de tu cadena, siempre cepillando la sección de la cadena debajo de tu transmisión.
3. Frota hacia abajo tu cadena con agua jabonosa y enjuaga para limpiar el exceso de desengrasante.
4. Elige tu lubricante. Usa lubricante húmedo si paseas en condiciones mojadas y lodosas, y usa lubricante seco si paseas en condiciones secas.
5. Lubrica tu cadena. Cuidadosamente pon una pequeña gota de lubricante en la parte superior de cada rodillo de tu cadena. Asegúrate de apuntar bien al aplicar el lubricante en tus rodillos. Si cae por la parte externa de la cadena, solo hará que se adhiera más suciedad.
6. Limpia el exceso de lubricante, ¡y estás listo para rodar!
Ahora que has practicado el arte del mantenimiento de la cadena, asegúrate de que no haya grietas ni chirridos. Estas pueden ser señales de que tu cadena necesita un poco de atención. Y si usas tu bici con regularidad, recuerda limpiar y lubricar la cadena al menos una vez al mes. Si te gusta explorar todo tipo de terrenos y enlodar tu bici, debes limpiarla incluso con más frecuencia. ¡Qué disfrutes de tus paseos!
